Qué se necesita para crear una infraestructura editorial
A grandes rasgos, para crear una infraestructura editorial se necesita:
- Un concepto que va a determinar nuestra línea editorial y la línea de comunicación.
- Los libros, que son el producto
- Los elementos visuales (logo, estética visual, estilo de maquetación…)
- Puntos de venta (distribución en librerías, ferias, plataformas online…)
- Comunicación consistente y sus canales de comunicación (redes sociales, newsletters, prensa, presentaciones…)
- El equipo humano
- Tema fiscal…
Mi experiencia con Amazon KDP
Una de esos puntos de venta en mi caso es Amazon KDP. La plataforma de impresión a demanda de Amazon. Hace un mes más o menos, lancé mi libro “Fabulillas” tanto en ebook como tapa blanda y tapa dura e invertí en Amazon ADS. También me compré ambos formatos tanto de Fabulillas como de Pilgrís I y de La fábrica de cuerpos, los libros que tengo subidos, para asegurarme de su calidad.
Hablar de edición independiente y del uso de las grandes plataformas parece una paradoja, pero la pluralidad pasa por la supervivencia de los pequeños proyectos, y a veces hay que hacer uso de determinadas herramientas, o lo que es lo mismo, a veces hay que transitar las contradicciones con entereza, pero sin perderse a uno mismo.
Ventajas de Amazon KDP
Amazon KDP tiene dos ventajas importantes:
- Por un lado, al igual que otras plataformas de impresión a demanda, Amazon KDP constituye un negocio exponencial porque con un solo título puedes vender infinitas copias en todo el mundo sin que aumenten los costos, ya que los ebooks no se imprimen y los físicos se imprimen solo al venderse, mientras que, en el modelo de edición tradicional, cada copia requiere imprimirse, almacenarse y enviarse, haciendo que los costos crezcan con cada venta.
- Por otro lado, tiene herramientas como la investigación de palabras clave por ejemplo, y Amazon ADS que permite que tu libro llegue a aquellos interesados en dicho libro en concreto.
Sobre tendencias y el mercado editorial
Y aquí viene el gran meollo del asunto. Cuando investigas o descubres que tus propuestas editoriales están dentro las tendencias que imperan en el mercado, o bien porque lo has hecho de una forma voluntaria, o simplemente porque estás en la misma “onda”, pues tienes muchos puntos a tu favor. Y cuando además te encuentras en la coyuntura de influir directamente en estas tendencias, tus posibilidades se amplían aún más. El problema es cuando no es así, cuando tal vez te estés adelantando a ciertas tendencias sin saberlo o cuando estas parezcan completamente anacrónicas.
Y el tema de las tendencias no es solo una cuestión puramente de estructura de negocio, que en parte si, pero para mi la importancia real es que suelen ser un termómetro del estado cultural de la sociedad.
Sociedad tecnológica y necesidades humanas
Parece que avanzamos hacia un modelo cada vez más tecnológico y menos humanista. La sociedad tiende a valorar la practicidad, la simplificación, la automatización, la productividad, la evasión y el entretenimiento. Este entorno puede generar vacíos existenciales y fomentar hábitos que estimulan continuamente la dopamina, provocando consumo rápido y distracciones constantes. Sobre todo, corre el riesgo de enterrar las necesidades existenciales humanas. ¿Y cómo conocemos nuestras necesidades complejas, existenciales y profundas si no sabemos que existen o no sabemos expresarlas?
Y antes de seguir quiero aclarar que con este texto no pretendo que sea un elegir entre un modelo humanista o uno tecnológico, porque cualquier modelo tiene sus luces y sus sombras, simplemente se trata de que uno no entierre al otro.
Propuesta editorial y Fabulillas
Ahora es cuando entra mi propuesta editorial que básicamente es facilitar y volver a la reflexión vital profunda, pero en un formato actual y adecuado a los tiempos que corren, sin una excesiva densidad y sin ornamentación.
Fabulillas es un buen ejemplo de esto. Si os apetece podéis echarle un vistazo, y si os resulta interesante y os gusta, dejar una reseña. Y es que otro de los grandes males, al menos de estos tiempos, es que parece que una obra solo existe si se comparte o si deja prueba social en forma de reseñas o comentarios.
Muchas gracias siempre por leerme.