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CLAVES PARA EVITAR EL BLOQUEO DEL ESCRITOR. ENTENDER LA CREATIVIDAD

Personalmente, mis crisis de creatividad, cuando las he tenido, han estado siempre relacionadas con el escribir para otros, con el obligarme. Cuando trabajaba en desarrollo de proyectos, la escritura se convertía en un proceso mecánico en el que tenía que armar un producto en base a consignas que teóricamente funcionaban en el mercado o que eran del agrado de ciertas personas, pero que muchas veces resultaban forzadas. Como el resultado no dependía de mis propios criterios o gustos personales, las únicas referencias que tenía sobre si era o no un buen trabajo era las opiniones externas, con lo cual eso me generaba una cierta inseguridad y un frecuente dudar de mi misma.

En cambio, cuando estoy ante mis proyectos personales, aunque impliquen tensiones de otra naturaleza como, por ejemplo, no disponer del tiempo o las condiciones materiales para una dedicación completa, en mi caso el bloqueo no suele existir y todo me sale con naturalidad y facilidad. La dificultad suele radicar precisamente en escoger el proyecto entre todos los que bullen en mi mente y aprender a ordenar el chorretón de información interna disponible para que estos sean inteligibles.

Digamos que los proyectos personales generalmente suelen estar ligados con nuestra interioridad (concepto Kierkegariano) frente a escribir para otros que resulta algo externo y que tiene más que ver con aprender la profesión.

Y con todo esto no solo me refiero a cuentos, novelas o ensayos, sino a la creación de textos en general. Aunque haberme visto en ambas situaciones me ha proporcionado un aprendizaje y una perspectiva nueva a la hora de afrontar el oficio de escritor, redactor o guionista y me ha dotado de nuevas herramientas en caso de tener que volver a ello, aquí voy a centrarme en la escritura de proyectos personales porque son mi preferencia, porque es donde reside la auténtica libertad, la autentica fuerza de la escritura.

Mi intención con este texto simplemente es explicar y compartir mis herramientas, las que a mi me funcionan.

Para empezar, crear y reutilizar mis textos en diferentes formatos me resulta sencillo y natural porque estos están creados en base a uno de estos dos criterios o en algún caso a ambos.

  • Son exposiciones de información útil sobre un tema en concreto que me apasiona
  • Recogen lo que realmente me apetece compartir de mi trayectoria vital, personal y profesional

En ambos casos la clave está en asumir que el lector parte de cero en la información que estás transmitiendo a la vez que no debes de tratarle como si fuese tonto.

Cuando en vez de textos sencillos o artículos, tengo entre manos cuentos, novelas o ensayos, aparte de una herramienta técnica de organización de aspectos técnicos valga la redundancia (como es el uso personalizado de la escaleta), utilizo lo que al principio eran etapas vitales claramente diferenciadas pero que luego se fusionaron en fases para una misma obra. Pongo como ejemplo mis libros según predomine un aspecto (aunque todas las fases están presentes en todos los libros) para que se entienda.

ESCRITURA EXPERIMENTAL


O fase estética. En esta fase yo creo a partir de la estética (de lo que me gusta o me llama la atención) y de la experimentación (probar distintos formatos me resulta muy sugerente e inspirador).

La colección «Pilgrís» por ejemplo es un experimento literario que replica la estructura narrativa de las series de animación, y su lectura es lo más parecido a estar viendo el capítulo de una serie. Para ello se apoya en la acción, en un lenguaje visual, sencillo y cercano, y sobre todo carente apenas de descripciones, dinamizando radicalmente el proceso de lectura.

ESCRITURA TERAPÉUTICA


O fase terapéutica. En esta fase se trata de utilizar las vivencias o la experiencia vital de uno, dotarla de perspectiva y transformarla mediante figuras literarias concretas como es, por ejemplo, la metáfora. Esto genera un proceso terapéutico y un crear «belleza» del dolor (que NO significa romantizar el dolor)

«Fabulillas» está constituido por fábulas personales con sus cuestiones contemporáneas que crean mundos imposibles para sublimar momentos personales duros, y que generan una especie de universo mitológico propio en el que el lector es, por tanto, una especie de voyeur que se mete en mi mente y en mi intimidad para entender cómo traslado mis vivencias, a la vez que puede anticipar sus propias emociones y sentirse acompañado.

ESCRITURA COMO HERRAMIENTA DE CAMBIO


O fase filosófica. Aquí estamos ante la escritura como herramienta de influencia y como herramienta de cambio. En caso de que pudiésemos influir en los otros mediante nuestro texto, ¿de qué manera nos gustaría hacerlo?
La complicación radica en tener claro lo que querríamos contar, filosóficamente hablando, con cada elemento del texto pero abriendo las opciones para que no quede un panfleto, es decir, sin tratar de controlar lo que el lector tiene que pensar o sentir.

«Velocismo» es un libro sobre motociclismo sin ser un libro sobre motociclismo. Es una obra a la que cuesta mucho clasificar, pero el lugar que sin duda le corresponde es: literatura utópica. Es un retrato «psicologísta» de «lo que podría ser», de un «si se piensa, igual es posible» de un «construir otros caminos, explorar otras posibilidades». Rehúye el nihilismo mal entendido y alargado en el tiempo, así como rehúye rebozarse en el fango de la «antiutopía» y el pesimismo barato como excusa para justificar la inamovilidad, pero salvando la dificultad que entraña este tipo de literatura para ser de calidad: salvando la simplificación, el moralismo y lo ñoño.

En definitiva, se trata de tener claro lo que queremos contar, de entender por qué queremos contar ese algo (fase terapéutica), para qué queremos contarlo (fase filosófica), y cómo queremos contarlo (fase estética). Cuanta mayor información interna de esto tengamos, mayor acceso tendremos a nuestro inconsciente y subconsciente, y mayores herramientas de análisis y autoanálisis.

El otoño es una buena época de recogimiento que facilita la disciplina y la reflexión necesaria para la escritura, así que os animo a ello.

Tote Bag Velocismo

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Bolsa grande de loneta

Velocismo editorial es una pequeña autoeditorial independiente, experimental, ecléctica, inserta en la filosofía del DIY o “hazlo tú mismo” y en el movimiento slow life y slow art. Trata de colaborar con la creación de una escena alternativa al margen de los circuitos comerciales habituales, alejada de estructuras narrativas y temáticas recurrentes, y respeta los tiempos creativos que suelen ser mucho más largos de los que trata de imponer el mundo moderno acelerado en el que vivimos, aunque dicho mimo le suponga convertirse en un proyecto muy personal. 

* Si eres una librería y estás interesada en tener nuestros libros escríbeme sin dudarlo y lo arreglamos: sico@velocismo.com. También por DM de IG o Facebook a través de redes sociales: @velocismo

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